Acá en la tierra

Entrevista previa a la presentación del montaje

Un viaje teatral para disidencias infantiles

Guadalupe Gómez Rosas

There's a starman waiting in the sky

He'd like to come and meet us

But he thinks he'd blow our minds

Starman, David Bowie


Categorizar el mundo construye prisiones conceptuales, dicotomías y, con frecuencia, nos condena a la negación de lo que somos. Este complejo sentimiento es el que experimenta “Lolo”, un extraterrestre —o al menos eso piensa— que se imagina en una misión en la Tierra. En su trayecto intentará mimetizarse, pero su naturaleza desafiará el extraño ordenamiento que siguen los humanos. 

Acá en la Tierra, del dramaturgo Luis Eduardo Yee y dirigida por Rebeca Trejo, dialoga con lxs infantes y confronta a los adultxs, a través de un montaje que entrevera la amistad con la exploración de mundos interiores. Pone en entredicho la aparente “normalidad”, en el rechazo a ciertos alimentos y el “odio” que le genera a Lolo hacer filas, que a su vez le imponen definir si es niño o niña. La angustia de alinearse a partir del género será detonante para interrogarnos qué somos y cómo podríamos ser. Desde la dramaturgia a la puesta en escena se desarrolla una poética fina sobre la identidad en la infancia.


No es casualidad que las narrativas de descubrimiento para infantes y jóvenes sean uno de los sellos del colectivo Los Bocanegra y La Máquina de Tiempo Producciones, donde su tratamiento es cada vez es más especializado y elaborado desde la empatía. En este caso, el argumento de Acá en la Tierra primero dio lugar a un cortometraje, también dirigido por Rebeca Trejo, lo que hizo pasar del universo cinematográfico a las convenciones teatrales, con resonancias de la ciencia ficción.

El diseño escénico y de iluminación de Jesús Hernández, arma un paisaje no realista, de plataformas a diferentes niveles, donde podemos imaginar una escuela, un hogar, un centro comercial. El dispositivo es una caja de sorpresas que ofrece la posibilidad de un “comunicador interplanetario”, el tocador de Teresa o el sitio donde desciende un columpio como punto de introspección. La cúspide de la plataforma sugiere el campo de diálogo y cambio, mientras que los costados son universos íntimos para los personajes. 

La progresión de las acciones alcanza notoriedad con los colores neón de la multiplataforma y del ciclorama, lo que evoca las décadas de los 70 y 80, además de indicar el paso de la noche y el día, la carga del binarismo manifestada en rosa y azul, entre otros símbolos.

El talento actoral brilla en un equipo armónico. Lolo, Dolores y Teresa (mamá de Lolo), mantienen una viva correspondencia de intensidades en torno de la discriminación, el bullying y la interpretación de lo “normal” como censura. 


Lolo, a cargo de Assira Abbate, despliega una delicada y convincente variedad de emociones. Su desempeño actoral es memorable. Dolores, una intendente escolar, hace de la invisibilidad social un “superpoder”. En lugar de sufrir por la rígida jerarquización, la resignifica como la oportunidad de ser libre y cantar Under pressure, mientras sacude la mugre del mundo. No ser vista la libera de la necesidad de máscaras. Vicky Araico encarna a este personaje con desenvoltura y un trabajo fonético y gestual sobresaliente. Su personaje conecta con distintos públicos desde la dignidad, la ternura y la inteligencia. Entre las atinadas reflexiones de Dolores destaca: “me gusta pensar que hago algo para dejar el mundo mejor de lo que lo encontré”. Su trabajo es literal y metafóricamente propiciar la limpieza y el orden. Invita desde el afecto y el juego a abrazar lo diverso.

La triada actoral se completa con Teresa (mamá de Lolo) interpretada por Mahalat Sánchez, quien se coloca con frecuencia a proscenio como contención y símbolo del cariño. Sin afectaciones, con fuerza y naturales contrastes, representa la apertura ideológica y la amorosa comprensión. 


La puesta en escena también se construye desde el diseño sonoro de Rodrigo Castillo Filomarino. La música que mana de un walmart” (walkman) aligera el tono y, sobre todo, significa. Escuchamos Starman de David Bowie, Just like heaven de The Cure y The Passenger de Iggy Pop. Desde la entrada a la sala suena y resuena la música como signo de la libertad de la que goza Dolores y que luego transferirá a Lolo.


El diseño de vestuario, a cargo de Lissete Barrios, no solo marca una época, sino que permite la identificación y el desencadenamiento de circunstancias clave. Ejemplo de ello es el gorro de Lolo, que —además de parecer un accesorio de otro mundo— coadyuva a marcar la progresión y los deseos del infante.

Durante esta función, lxs jóvenes parecían fascinadxs ante la disidencia y la exploración de lo diverso. La participación desde la sala fue en general efusiva, intensa y continua. Estallaron las risas y expresiones de empatía y admiración a lo largo de la obra. Hubo quienes gritaron los nombres de lxs personajes. Largo y cálido fue el aplauso al terminar la obra. 

Acá en la Tierra permite mirar dentro de un personaje en la construcción de su identidad y acompañarlo. Cuestiona el binarismo y propone en reiteradas ocasiones la idea de “flotar”, de fluir. 

En palabras de Rebeca Trejo, se trata de una experiencia que promueve la empatía y demuestra el poder del teatro para abordar temas sociales que ya no pueden ser obviados ni observados bajo una sola óptica. La puesta en escena es contundente, no solo por su cuidada producción y la destreza actoral, sino también por su potencia para cuestionar nuestra construcción de lo real y abrazar la disidencia. 

Como bien dice Dolores, “las cosas pueden ser muchas cosas”. 


Acá en la tierra

Dramaturgia: Luis Eduardo Yee

Dirección: Rebeca Trejo

Elenco: Assira Abbate, Vicky Araico y Mahalat Sánchez

Escenografía e iluminación: Jesús Hernández

Vestuario: Lissete Barrios

Música original y diseño sonoro: Rodrigo Castillo Filomarino 

15 de noviembre de 2023, 

43 Muestra Nacional de Teatro.

Foro de Arte y Cultura

75 min


Fotografías de Danaé Kotsiras y Raúl Kigra.