Cartas estelares u otra forma de escribirle a las estrellas

Entrevista previa a la presentación del ERI

Labrar como potencia de lo común 

Enrique Arroyo


A partir de cuatro experiencias relacionadas con la colaboración de creadorxs en distintas comunidades y que han tomado el teatro como herramienta de vinculación, se generó el Encuentro de Reflexión e Intercambio (ERI) La práctica de lo comunitario. En este coincidieron los proyectos: Laboratorio Teatro Campesino, Mulato Teatro, El hilo de Ariadna y Cartas estelares u otra forma de escribirle a las estrellas.

El caso del Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena de X’ocen dirigido por la maestra Delia Rendón se constituye como un proyecto integral. A través del teatro abarca lo humano, lo educativo y lo social. La compañía alberga más de 25 puestas en escena realizadas desde las comunidades mayas aledañas a Valladolid, Yucatán. Uno de los ejes de su trabajo está en el disfrute, preservación y revalorización de la memoria y tradiciones mayas.


Por su parte, Mulato Teatro está encabezado por Marisol Castillo y Jaime Chabaud, quienes a través de su trabajo realizado en Ticumán, Morelos, visibilizan la afromexicanidad, sus aportes y contribuyen al rescate de su identidad. Una labor realizada desde la filosofía ubuntu que pondera la convivencia sobre la competencia.

El proyecto El hilo de Ariadna es originario de Soyataco, Jalpa de Méndez, Tabasco, dirigido por Raquel Ramón López. En este se busca ofrecer a las alumnas de una telesecundaria herramientas de expresión artística a través de talleres y puestas en escena que les permitan enunciarse a sí mismas, sus inquietudes y deseos.

                   

Todas las intervenciones aportaron valiosas experiencias y reflexiones. En el caso específico de Cartas estelares… del que es responsable la creadora hidalguense Mayra Simón, la comunidad involucrada fueron mujeres adolescentes que viven en la Casa de la Niñez Indígena ubicada Cieneguilla, Cardonal, Hidalgo.  Para el proyecto mencionado Mayra convivió con las jóvenes durante varios meses, por medio de diversas actividades que incluían: pláticas y reuniones informales, cartografías corporales, experiencias como espectadoras de teatro -en específico al ver una función de la obra Acá en la Tierra, dirigida por Rebeca Trejo-, la escritura de cartas y la creación dramatúrgica partir de la docuficción, que derivó en el texto Ovni: o de cómo viajar de nuevo al espacio interior.


No son los resultados de la experiencia lo que hilvana Cartas Estelares.. con los demás proyectos congregados al ERI, sino sus acercamientos y procesos con la comunidad. Según se expresó en la charla, éstos fueron realizados desde un acompañamiento surgido de la mirada franca, respetuosa, de la escucha que nos hermana y encuentra; así como la conciencia plena de la necesidad ética por alejarse de la utilización de tales grupalidades para lograr un beneficio propio. En palabras de Simón: “lo que menos he hecho, es teatro”. Lo que enfatiza el proceso de edificar experiencias colectivas en marcos socioculturales específicos.


Al centro de uno de los patios del edificio Arroniz se dispuso una gran canasta con tierra y pequeñas palas para labrarla. La propuesta de Mariana Villalpando, moderadora del encuentro, fue utilizar los complejos y orgánicos procesos de la siembra como metáfora del trabajo comunitario.

El hilo conductor de la charla transitó por distintos ámbitos: identificar el terreno (comunidad), retirar las malas hierbas (dificultades), oxigenar la tierra (involucramiento respetuoso en los lenguajes teatrales), arar y abonar (disciplinas y poéticas aliadas), sembrar y acompañar el proceso de crecimiento (claves para lograr proyectos de largo aliento), redes micorrícicas (simbiosis colaborativa y sus implicaciones) y por último, la lectura de cartas de miembros de las comunidades implicadas en los cuatro grupos que hablaron de su trabajo. Estas fueron compartidas con lxs creadorxs para ser leídas en público. 


El labrado de la tierra común pone de manifiesto la necesidad de mirar los procesos con la comunidad como una analogía de la vida misma. Aquel territorio que no se cuida ni respeta, sino por el contrario se invade y explota, termina por aniquilar nuestro sentido de lo humano. Si los rituales ancestrales tenían como centro las necesidades de la tribu, la práctica de lo comunitario a través de lo teatral gira en el mismo sentido. Entre intervenir y colaborar, emerge una distancia sustancial: el reconocimiento de la otredad y su legítima diferencia. ¿Cómo encontrar lo común cuando somos tan distintxs? ¿De qué maneras es posible no romantizar los procesos, la empatía y la ternura, para propiciar hallazgos que sean benéficos para las propias comunidades? 

Para analizar tales prácticas se hace necesario otorgar un espacio reflexivo a la manera en que nos relacionamos con la otredad, el cómo interpretamos las “malas hierbas” y detener la mirada en cómo los prejuicios personales y estándares en torno a las prácticas teatrales podrían convertirse en una visión limitante. Tal y como lxs creadorxs dejaron en evidencia, un trabajo comunitario ético parte no de la colonización, sino de reconocer que las comunidades ya tienen una organización artístico-cultural establecida que se potencia al entrar en colaboración con otrxs agentes.


Más que llegar a conclusiones definitorias, este ERI dio pie a continuar con las reflexiones en torno a las maneras en que, según se enuncia en el programa de mano “[desde las prácticas comunitarias] podemos abrazar nuestras raíces, para recuperar y conservar la memoria, para abrazarnos a la vida”.


En la lectura de cartas al final del encuentro, las personas de las comunidades relataban cómo los procesos teatrales se integraban en su vida común. Las maneras en que les beneficia, lo que aprenden y los distintos universos que las teatralidades practicadas posibilitan. Fueron estas últimas voces, las que devolvieron la mirada a donde por congruencia ética pertenece: las propias personas de la comunidad, protagonistas orgánicas de sus procesos, donde se hace teatro no como práctica de un espectáculo, sino como un modo de vida que abona a las enunciaciones propias, a la construcción de autonomía y a la autodeterminación común.   


ERI – La Práctica de lo Comunitario

Participantes: Delia Rendón Novelo, Laboratorio de Teatro Campesino; Marisol Castillo y Jaime Chabaud, Mulato Teatro; Mayra Simón, Manzanitas Escena; Sergio Edwin Solís Guido, El hilo de Ariadna.

Moderadora: Mariana Villalpando

Lunes 13 de noviembre de 2023

Patio del Archivo del Edificio Arroniz

Duración: 70 minutos