Las pisadas

Entrevista previa a la presentación del montaje

Adolescentes en busca de la liberación

Luis Adrian Curiel 


Yo no era la misma antes del taller... antes era muy penosa, me dijo Marina Hernández en una entrevista semanas previas a la función de Las Pisadas en la 43 Muestra Nacional de Teatro. Antes no había nada para mí. Ahora puedo conocer el verdadero mundo, aseveró a su vez Erika Zapata, ambas integrantes de El hilo de Ariadna. 

La adversidad y los roles preestablecidos para las adolescentes delimitan en extremo sus destinos: ¿quiénes pueden llegar a ser?, sus trayectorias escolares, las ocupaciones y labores asignadas por el sólo hecho de ser mujeres, la nula atención que reciben en ámbitos culturales y recreativos. ¿Qué hacer ante este panorama tan poco esperanzador? ¿La liberación de los cuerpos podrá ser encontrada en un contexto donde se prohíbe jugar y disfrutar del tiempo libre?

Las pisadas responde a la necesidad de brindar herramientas para expresarse y reflexionar sobre los retos que han de enfrentar,  a un grupo de alumnas de la escuela telesecundaria, en la comunidad de Soyataco en Jalpa de Méndez, Tabasco. Fruto de la colaboración entre las compañías El hilo de Ariadna y Proyecto Bicéfalo, la obra se concibe como un ejercicio de teatro comunitario de corte performático. 


En su estructura, Las pisadas se compone de cuadros con alta carga simbólica en su discurso, con imágenes que lxs espectadorxs requieren procesar para llegar a una interpretación. Así, en el primer cuadro entra y sale de escenaen en una misma línea de extremo a extremo del escenario (QUE QUIERES DECIR CON ENTIDAD? ¿Un muñeco? ¿una persona persona con mascara?) que ostenta una máscara característica de los chontales, acompañada de una composición musical de Kevin Quiñones A continuación, aparecen las ejecutantes adolescentes con los ojos cubiertos por una tela. Aparecen una tras otra hasta dispersarse por el escenario. La composición sonora incluye susurros que se superponen entre sí, mientras las ejecutantes agitan sus cabelleras hasta desprenderse del velo en sus rostros. 


El segundo cuadro incluye el juego entre las participantes, quienes cantan y juegan mientras se visten con los uniformes escolares. Acto seguido aparece una maestra que porta un corsé sobre su vestido y un megáfono en mano. La docente regaña e intimida a las alumnas por estar jugando y no estar listas. Este segundo cuadro incluye entonces las efemérides que podemos dividir en cuatro temas: el suicidio y sus estadísticas; el poema Adiós, de Alfonsina Storni (escritora que se suicidó); los insultos más comunes (loca, culera, zorra, etnre otros) que reciben las mujeres, con sus definiciones; y una serie de anécdotas acerca de una chica, Berenice, quien termina ingiriendo detergente tras una serie de rechazos y discriminaciones. Estas efemérides son expresadas por las alumnas en fila, cada una acercándose al megáfono que sostiene la maestra. El siguiente cuadro presenta a las adolescentes barriendo con las escobas. La acción colectiva se interrumpe de vez en vez, cuando las alumnas entonan diversas canciones. De esta manera, el juego se impone de nueva cuenta a la obligación. El cuadro continúa cuando una de las niñas porta un velo de novia y un ramo de flores; una alusión evidente al matrimonio.. Todas pasarán por ese sacramento, que empieza en algarabía y termina con un sabor de duelo. El cuarto cuadro corresponde al proceso de liberación de la maestra: en primer lugar, sonidos de moscas o mosquitos provocan un malestar a la docente, quien hace aspavientos y da manotazos, para ser rodeada entonces por las adolescentes; cuando las alumnas se repliegan hacia uno de los laterales, la maestra emite un monólogo en torno al cuerpo y su desnudez, la ropa y la vergüenza. 


El último cuadro del montaje se centra, de nueva cuenta, en el juego. Rodeadas de una iluminación celeste, sonidos del agua corriendo y una melodía tranquila, las adolescentes entran rodeando a una de ellas con el vientre crecido. La alusión al embarazo precoz se rompe con el estallido de lo que finalmente era un globo relleno de agua. Entre risas, las chicas juegan y hacen burbujas de jabón en todo el escenario. Finalmente, la entidad que había aparecido al inicio reaparece y se detiene un momento en su trayecto para coexistir con las niñas y seguir con sus pisadas.


Las siete adolescentes  entre los trece y los diecisiete años) y su maestra explora la realidad de las mujeres en su contexto inmediato (Soyataco), una realidad que no es ajena a buena parte de la población en México. Por medio del performance art se explora la represión social (religiosa, escolar y familiar) que se impone a las niñas: ¿cómo vestir? ¿qué hacer en sus tiempos libres? ¿en qué momento casarse? Las alusiones que se realizan del matrimonio y el embarazo precoz tienen diferente nivel de exploración: mientras que esta última dura apenas unos instantes, la primera es mantenida a lo largo de todo un cuadro, en el planteamiento de cómo se les enseña a las niñas a desear una boda, para después encontrar el desencanto. El suicidio y la vergüenza se exploran a través de un  de Julio Flores y Sergio Solís. En este sentido, la mirada del adulto sigue presente en la construcción del discurso. Sería interesante encontrar una determinación mayor por parte de las adolescentes como performers para tener de viva voz sus preocupaciones más inmediatas y las maneras genuinas de expresarlo.


La música de Kevin Quiñones (productor musical de quince años de edad) propone un ambiente de lo extraño y lo ominoso hasta la tranquilidad y el juego. La iluminación, aunque sencilla, delimita cada cuadro con un color en específico que acompaña el tono del discurso. La sencillez obedece seguramente a que esta obra está pensada para presentarse en patios de escuelas de la comunidad de Soyataco en Jalpa de Méndez y municipios del Estado de Tabasco. 

La pertinencia de Las pisadas en la Muestra Nacional de Teatro radica en la inclusión de las inquietudes de lxs adolescentes en la comunidad teatral. El adultocentrismo permea las expresiones, los procesos y las propuestas culturales en las regiones y comunidades del país. Así pues, los espacios destinados y apropiados para y por las adolescencias requieren de más esfuerzos y sinergias. En palabras de Daniel Miranda Cano, Coordinador Nacional de Teatro, en la entrega de placa a la puesta La conjura del Laboratorio de Teatro Campesino e Indígena de X’ocen: “porque el teatro está incompleto si no estamos todxs representadxs”. Pienso también en Emily, en Yoana, en las adolescentes y jóvenes que han cursado el taller de El hilo de Ariadna, en las transformaciones que han hecho en sus vidas por medio del teatro y de lo mucho que falta por hacer.


Las pisadas

Dramaturgia: Julio Flores Montero y Sergio Solís

Dirección: Raquél Ramón López y Sergio Solís

Con Yoana Hernández, Cinthia Frías, Gabriela Pérez, Ingrid Santos, Emily Méndez, Marina Hernández, Erika Zapata y Raquel Ramón López.

Producción y atrezzo: El hilo de Ariadna y Proyecto Bicéfalo

Música original: Kevin Quiñones (KDMQ)

16 noviembre 2023

Teatro Alarife Martín Casillas

Duración: 50 minutos


Fotografías de Raúl Kigra