Los olvidados

Una tragedia para jóvenes audiencias 

Entrevista previa a la presentación del montaje

Voces en la calle

Majo Alanís


Según la Medición multidimensional de la pobreza que realiza el Consejo Nacional para la Evaluación de la Política de Desarrollo Social, para 2022 la población infantil (6 a 11 años) y adolescente (12 a 17 años) en situación de pobreza sumaba 12.1 millones de personas en México. 

Con el Teatro Alarife lleno y al centro del escenario una casa construida con retazos de cartón, tela, y plástico de diferentes colores, formas y texturas, comenzó Los olvidados. El largometraje de Luis Buñuel que lleva el mismo nombre, considerado un clásico del cine mexicano, se traslada al lenguaje escénico por parte de la compañía Los Olvidados, proveniente de la Ciudad de México.


Los Olvidados retrata las distintas historias que atraviesan niñ_s y adolescentes en un contexto de pobreza y se confabulan para mostrar las condiciones de marginalidad y desigualdad que existen en la capital y sus periferias. 


Los elementos sonoros tienen un papel importante en la obra, pues ayudan a construir la atmósfera de los lugares donde acontecen las situaciones dramáticas. Permiten un contraste para reconocer sonidos propios de zonas urbanas como silbatos de policías, organilleros, camiones y carritos de camotes, y sonidos asociados de la vida rural/barrial como perros, gallinas y vacas. La propuesta del uso de la voz grabada para ambientar las escenas con técnica de Beatbox resulta interesante por su conexión con los demás sonidos en escena, como la respiración agitada en momentos de tensión dramática.

Las transiciones para representar los espacios en los que se desarrolla la historia, como la calle y el interior o exterior de la casa, son ágiles y se valen del dinamismo de las dos mamparas con ruedas que posibilitan desplazamientos. El diseño de estas permite cambios a partir de su unión y fragmentación, la doble vista y el uso de carteleres que indican lugares como la herrería y la cantina. 


La técnica de máscara silente plantea el reto de construir la corporalidad de cada personaje para comprender las relaciones entre ell_s y así desarrollar de forma clara la anécdota. Esto se logra al proporcionar a cada un_ maneras específicas de caminar, saludar y desplazarse por el espacio, en busca de matices en la velocidad de sus trazos y movimientos, aunado al leit motiv de ciertos personajes en sus entradas y salidas. 

“Por su propia naturaleza, la adaptación es una traslación, una conversión de un medio a otro. Todo material previo -literario o no- se resistirá en principio al cambio, como si dijera: ‹‹tómame tal como soy››. Pero la adaptación implica cambio. Implica un proceso que supone repensar, reconceptualizar…El primer trabajo del adaptador consistirá en averiguar cómo encajar el material de origen en parámetros de tiempo diferentes… (Seger 2021, 30) condensación, por naturaleza requiere perdida de material.” (31). 

Al tratarse de una obra extensa en relación con la película y la duración convencional de las puestas escénicas para infancias, el ritmo se vuelve fundamental para que la audiencia enfoque su atención en todo el recorrido de l_s personajes. Es necesario el ejercicio de condensación propio del proceso de adaptación de un lenguaje a otro, para que el recibimiento sea activo y contundente.

 

Además, la obra contiene algunas características del teatro para jóvenes, como el protagonismo de la niñez en las situaciones dramáticas y cuenta con un dominio de la técnica y el manejo del cuerpo que le otorga calidad artística.


La vida social en México es terreno hostil para los grupos vulnerables, Los olvidados reconoce la vigencia de esta problemática, pero ¿el tratamiento de los temas posibilita la reflexión que pretende alcanzar? ¿Qué tanto el cuerpo y la técnica elegida fortalecen el análisis de la complejidad de los temas en tanto problemas sistémicos o estructurales? ¿qué implica transformar o modificar el lenguaje artístico para proponer una potencia diferente del formato original?


Los olvidados. Una tragedia para jóvenes audiencias

Dirección, adaptación, diseño de escenografía y vestuario: Quy Lan Lanchinoy Asur Zágada

Con: Quy Lan Lanchino, Carlos López Tavera, Asur Zágada. Rosaura Pérez Sanz,Abigail Pulido y Frida María Heras

Asistencia en dirección: Luis Trillo 

Producción ejecutiva: Patricia Hernández

Diseño de Iluminación: Patricia Gutiérrez 

Diseño sonoro y composición: Félix Bailón Salgado 

Realización de vestuario: CEDRAM y Luc Thimonier

Los olvidados / Tesc

Teatro Alarife

70 minutos.

Edad: 12+

43 Muestra Nacional de Teatro

14 de noviembre 2023 


Fotografías de Enrique Gorostieta